Crónicas


DIA 2- Crónica: El Cine Indígena en el 4 Panorama de Cine Colombiano

Arts Santa Mónica y Cotxeras de Sants: espacios abiertos, público vibrante.



foto: Helena Salas
foto: Jorge A. Trujillo
Al final de las Ramblas de Barcelona, en medio de un mercado de culinario tradicional catalán que se celebraba en torno al centro cultural Santa Mònica, encontramos el 4º Panorama de Cine Colombiano que hoy proyectaba su función en el auditorio de la misma entidad. Entre la multitud se iba desprendiendo el público que acudía al día del cine indígena de este festival. Frente a una sala llena los organizadores presentaron el segundo día del ciclo. Nos advirtieron que nos esperaría un visionado muy especial.
Y sin más excusas se proyectaron los poco menos de 60 minutos de Naboba, realizada por Armando Villafaña y Comunicaciones Zhigoneshi. El lenguaje audiovisual del director y las hermosas imágenes de la Sierra Nevada de Santa Marta iluminaron las caras del público que atendió y se dejó conquistar por el paisaje. La comunidad nos mostró su fuerte vínculo a la tierra y a las tradiciones que tratan el agua como un ser vivo más, que hay que proteger y que forma parte  de un ciclo vital para la supervivencia de su pueblo y de la humanidad.
Tras la presentación de los ponentes el coloquio moderado por Amparo Huertas, directora del InCom-UAB planteo un diálogo entre  Juan Manuel Viatela investigador del Observatorio ADPI y María Luna investigadora del InCom-UAB y miembro de El Perro que Ladra; cómo ya nos advirtieron desde un primer momento, el espacio se abrió al público tras la proyección de una entrevista en vídeo realizada al director indígena Amado Villafaña, que guió los temas principales de discusión: desde el respeto del agua y el uso/consumo de la sociedad occidental hasta la discusión sobre nuestro esquema mental del uso comercial de todo frente al uso compartido y la preservación de los recursos que plantean las comunidades indígenas. Y donde no podríamos ver un debate, al menos desde nuestro prisma occidental, el realizador y la mesa abrieron una interesante discusión sobre los derechos de autor y derecho de imagen. Juan Manuel Viatela defendió y reforzó el punto de vista del director, que lo que “graba el humano con la cámara es de la naturaleza y por tanto, no puede apropiarse nadie de ésta imagen captada”. En la misma línea, María Luna reflexionó sobre el uso y las lógicas de las tecnologías audiovisuales en las comunidades indígenas en un coloquio que se organizó en conjunto con el proyecto de investigación “Acercándonos a las realidades socio-culturales, luchas y resistencias de las comunidades indígenas en América Latina”. Un diálogo en torno al cine indígena desde diversas perspectivas que generó elogios y matices en un público interesado y apasionado por el tema del agua y del contraste de paradigmas occidentales e indígenas.


Cine a la fresca en Cotxeres de Sants. Foto: Amador Camargo.

El segundo día dedicado al cine de y sobre lo indígena en este 4 Panorama de Cine Colombiano en Barcelona no podía acabar mejor que con la proyección, de nuevo de cine a la fresca, pero esta vez algo más alejados del centro. El barrio de Sants abrió sus puertas al ciclo colombiano y Cotxeres de Sants incluyó en sus proyecciones de verano la proyección de la épica “El abrazo de la serpiente” de Ciro Guerra, primera película colombiana nominada a los premios Oscars que fue presentada por Liliana Díaz, miembro del Perro que Ladra. La noche cayó así en una plaça de Cotxeres, abarrotada de vecinos y vecinas, disfrutó de una película sobre la expedición de dos europeos en una selva amazónica pervertida por las miserias de la conquista. Ante el asombro, algunas risas de momentos delirantes y la atención máxima, el público disfrutó y se sorprendió hasta de las palabras del cura catalán que se escucharon en el largometraje. Y con un día más, en el ecuador del Panorama, este barrio también acoge viernes y sábado la segunda mitad del festival, en los cines Zumzeig, donde se proyectarán las dos películas restantes.

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DIA 1- Crónica: Inauguración 4 Panorama de Cine Colombiano

El 4 Panorama en Barcelona empezó con muy buen ritmo






A ritmo de La Fiesta Colorá y las mezclas de DJ Sonikgroove, arrancó el cuarto panorama de cine colombiano organizado por la asociación El Perro Que Ladra de Barcelona. En el céntrico barrio gótico de Barcelona, donde la música y la cerveza atraían al público al interior del Pati Llimona, se inauguró ayer 8 de junio el ya consolidado Festival de El Perro. Mientras se disfrutó de los sonidos y fusiones más tropicales, se expuso en el primer piso una video instalación de “(Des)ilusión biográfica de cine Salvaje”, sobre el filósofo Walter Benjamin, y presentado por uno de los colaboradores de El Perro, Julián Chamorro.
Colombianos y colombianas, barceloneses y barcelonesas, así como turistas que pasaban por este barrio tan concurrido, se acercaron al Pati Llimona para compartir y disfrutar de la inauguración del cuarto año del Panorama. La presentación y bienvenida de este ciclo fue a cargo de una de las coordinadoras, Jana Montllor. Para ella, “este cuarto Panorama es un espacio que quiere abrir la organización para el debate frente a los problemas, la violencia y diversidad de un país como Colombia”. Para llevarlo a cabo, presentó el programa del festival donde expuso que este año quieren diversificar los espacios y seguir abriendo a Barcelona la visión del cine colombiano y su cercanía con la realidad. Entre ellos, destacó la presencia de un cine con, por y hecho por los pueblos indígenas colombianos, muy castigados por la historia y la violencia de éste país.

Tras el cierre de la presentación y con el buen sabor de boca puramente colombiano, con lo que eso conlleva, una mezcla de culturas y ritmos desde los africanos, andinos y restos latinos (de Europa), el público bailó, aplaudió y compartió espacio al ritmo de la cumbia y el mapalé. Finalmente, y cuando cayó la noche y el centro cívico apagó las luces para crear un ambiente de sala de cine a la fresca, se proyectó la primera película del encuentro, “La tetas de mi madre” de Carlos Zapata. Las más de 300 personas vieron la historia de Martín, quien mantiene una relación especial con su madre, con un cierto complejo de Edipo. Entre las calles desiguales de Bogotá, el joven va al colegio y trabaja repartiendo pizza. Sueña con ir con su madre a Disney y hasta con comprar un coche para no ir en bicicleta. Sus planes entran en conflicto cuando descubre que ella trabaja en un club de Striptease y empieza a salir con un vecino. Ochenta minutos de algunas risas y tensiones de un grupo entregado con ganas de seguir disfrutando de un cuarto Panorama de Cine colombiano que sólo acababa de empezar.